Nuestros principales objetivos son lograr un cambio de las leyes, sacar a la luz el drama de
estos progenitores y la prevención.
Fernando Chapado ha tomado las riendas de esta entidad malagueña con el único objetivo de encontrar justicia para los padres que, como él, se sienten totalmente discriminados por la justicia. El presidente cuestiona el concepto de igualdad y el aislamiento al que se ven sometidos socialmente
Fernando Chapado llega a la sede de Custodia Compartida Málaga cargado de juguetes usados que ha conseguido reunir a través de varias donaciones para que algún padre arruinado pueda tener un detalle con el hijo que apenas puede ver. Un dibujo infantil por pared dan algo de calor al local que desinteresadamente les ha cedido un particular al que por ahora no pueden pagar ni la luz. Su objetivo como presidente es levantar la asociación, venida a menos después de que fuera creada en abril de 2011 por un grupo de padres desesperados que a veces actuaban con más corazón que cabeza.
Fernando, psicólogo y profesor de Ciencias de la Educación, se disculpa. Prefiere no contar su caso por respeto a sus compañeros. No quiere personalizar, pero reconoce que decidió coger las riendas de la organización en septiembre pasado después de dos años en el «infierno». Así define el periplo que suele comenzar cuando una mujer intenta por todos los medios que un padre no vuelva a ver a sus hijos sin una razón de peso. «¿Qué educación va a recibir un crío cuya madre le impide ver a su padre y lo manipula constantemente?», pregunta antes de condenar absolutamente la violencia y describir el patrón de la mayoría de los 28 socios que son actualmente, cinco de ellos mujeres, entre los que hay desde policías hasta comerciales, aunque les consta que por su situación pasan hasta jueces. Lo normal, dice, es que todo empiece con una denuncia por malos tratos motivada por el despecho. «Aunque sea mentira, en el proceso de esa denuncia lo pierdes todo, hasta el trabajo en el peor de los casos. Puedes pasar por el calabozo y después tienes que pagar una pensión, la hipoteca del piso que no puedes disfrutar y la manutención. Y si no pagas todo porque no puedes es delito», explica Chapado antes de buscarle sin éxito el significado a la palabra igualdad que tanto suena en los medios de comunicación. No le gusta hablar de dinero, pero es un tema inevitable que impide a muchos padres ir al cine o al fútbol con sus pequeños durante las escasas horas que los ven. «No es justo que una madre ponga el precio de la custodia antes de firmar», asevera.
A Fernando le llama mucho la atención cómo el lenguaje se «generaliza» según el género. «Me da mucha rabia que la gente me diga que parezco una madre cuando hablo de mi hija. O que la palabra amor siempre se asocie a la maternidad y la violencia a la paternidad. Si queremos igualdad hay que acabar con los anacronismos y con una ley que consideramos totalmente injusta. La mujer maltratada tiene amparo en la justicia, pero ¿qué pasa si te maltrata la justicia?», abunda emocionado.
Contra todo esto, el presidente de Custodia Compartida Málaga se plantea tres objetivos. El primero, a nivel político, es el cambio de las leyes que, aseguran, nada tienen que ver con la igualdad, ya que creen que la custodia de los niños, salvo casos muy específicos, debe ser compartida desde el primer momento: «No queremos las mismas horas, queremos los mismos derechos». El segundo, a nivel social, intentará sacar a la luz el drama de unos padres que se sienten «silenciados» y «estigmatizados», aunque, según Fernando, cada vez son más las personas que conocen esta realidad. «La mujer maltratada tiene que recibir ayuda. El hombre también», insiste. El tercer punto de su estrategia es la prevención a través de la mediación. «Si ves que tu matrimonio va mal, ven aquí y pide ayuda para intentar conseguir una ruptura ecuánime sin denuncias falsas de por medio», apunta antes de enumerar el Banco del Tiempo, el Banco de Ropa y una bolsa de trabajo como una de las prioridades de la asociación.
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